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Sábados de Romanos
Semana Santa de Puente-Genil



Sábados de Romanos
Los Romanos desfilando por la calle aguilar a la altura de la Iglesia del Hospital, en busca de su casa cuartel.
Sábado de transfiguración 03.03.2007

Los Sábados de Romanos

Las famosas subidas de los Romanos se establecieron gracias a la iniciativa de los Padres Franciscanos a finales del siglo XIX.

Dichos religiosos residían en el Convento de la Vera-Cruz desde febrero de 1.644, donde hoy se encuentra la ermita del mismo nombre.

Sin embargo pasaron más de cien años cuando comenzaron hacer las primeras subidas hacia la ermita de San Cristóbal, conocida actualmente por Jesús Nazareno.

Estas subidas tenían lugar los domingos de cuaresma, comenzando el primero antes del miércoles de ceniza. Consistían en un Vía Crucis desde la iglesia del Hospital, donde todos los Franciscanos desfilaban rezando y portando antorchas, cirios y velas, mientras los vecinos se asomaban a contemplarlos.

Con el paso del tiempo y al desaparecer los Frailes Franciscanos de la localidad, el Imperio Romano retomó la tradición de las subidas al calvario en donmingo, y a partir del año 1971 acordo con las Corporaciones que los acompañaran en la Parroquia de Jesús Nazareno, teniendo lugar desde entonces los sábados cuaresmales.


Los Sábados Cuaresmales

Actualmente consiste en subir desfilando la Corporación del Imperio Romano, todos sus componentes ataviados con túnicas de diferentes colores desde la Iglesia de la Victoria (Los Frailes) a las 22:30 horas aproximadamente y hasta la iglesia del Hospital, donde se realiza un pequeño descanso para continuar hacia la Plaza del Calvario y situarse en el Pórtico de Jesús Nazareno, donde entonaran un Miserere y un Stábat Mater. (Himno dedicado a la dolorida Virgen al pie de la Cruz)

El Imperio Romano es acompañado por multitud de personas que se le unen al acto, además de todas las Corporaciones de Puente Genil que salen de sus Cuarteles, para ir surgiendo por las calles adyacentes del recorrido y al unísono todos se dirigen a la Plaza del Calvario, donde escucharan en silencio la música del Imperio, también compartirán cuarteleras, saetas gregorianas, poesía y las famosas uvitas que invitan a los buenos momentos de fraternidad.

Finalmente y ya entrada la madrugada del domingo, todas las corporaciones emprenden la bajada del calvario hasta sus diferentes puntos de origen, para dar comienzo a una cena de hermandad en cada casa cuartel, donde como es costumbre se otorgara a un hermano el honor de quitar una pata a la Vieja Cuaresmera.

Vieja cuaresmera
Vieja Cuaresmera de la Corporación los Fundadores de Israel, Grupo la Cruz. Foto del sábado de transfiguración 03.03.2007

La Vieja Cuaresmera

Dicha figura representa el calendario cuaresmal, tiene siete patas y cada una simboliza una subida al calvario, aunque como dato histórico hay que señalar que no siempre ha sido así ya que en la antigüedad el ritual de la Vieja Cuaresmera, tenía lugar cada viernes de cuaresma, correspondiendo la última pata al Viernes Santo y las seis primeras a cada viernes de cuaresma, guardándose vigilia todos estos viernes, sin poder comer carne.

Esta costumbre de ir quitando una pata a la Vieja Cuaresmera cada viernes de cuaresma se modifico a finales del siglo XIX, pasando a ser al sábado anterior de cada viernes de cuaresma.

Quedando así la fecha de la primera pata el sábado anterior al comienzo de la cuaresma, al mismo tiempo se formalizaron las subidas de los romanos al calvario.

Hay que puntualizar que tanto la última pata y la última subida de Romanos, no se celebra en sábado sino en Domingo de Ramos y teniendo cada subida un nombre concreto:

Subidas de Romanos

1ª Subida - Sábado de Carnaval
2ª Subida - Sábado de Tentaciones
3ª Subida - Sábado de Transfiguración
4ª Subida - Sábado de Diablo Mudo
5ª Subida - Sábado de Pan y Peces
6ª Subida - Sábado de Pasión
7ª Subida - Domingo de Ramos

La Poesía, siempre presente

Por último y para intentar explicar a todo aquel que no haya vivido el sentimiento que produce la experiencia de una noche romanil en Puente Genil, no hay nada mejor que estas líneas de nuestro poeta Miguel Romero:

Los domingos cuaresmales, al compás de los tambores
a la luz de las bengalas y del vino a los vapores,

Cuando suben los Romanos, y el calvario se corona
de millares de pontanos cada cual con una mona

y se escuchan misereres y las clásicas saetas
y entre gritos y pitorros se dislocan las chavetas

Yo con zaña vil y fiera vuelvo alegre a mi casita
y a mi vieja cuaresmera le arrebato una patita.

Mas, no para aquí la cosa: después cuelo en mi cocina
y con mano misteriosa busco alguna golosina

que mi amada compañera guardó para mi regreso:
espinacas en fiambrera aceitunas pan y queso

y después, arrebujado en el lecho me persigno
dulcemente aletargado con espíritu del vino

y en mis sueños venturosos
entre soplos y ronquidos siento cantos misteriosos,

y es la mente trastornada del tropel tumultuario
de la romanil jornada en las cumbres del calvario.

Miguel Romero.