La colección etnográfica José Díaz Arroyo representa un viaje al pasado, en donde todos podremos ver, sentir y tocar, como vivían nuestros antepasados andaluces, reflejando sus costumbres, su modo de vida, sus trabajos y su industria, a través de una amplia colección de antigüedades, que han estado presentes a lo largo de la vida de los primitivos Pontanense, personificando todos los aspectos existentes en la sociedad de antaño, como son utensilios de la casa, del trabajo en el campo, de la industria, del estudio, de los juguetes infantiles, etc.
José Díaz Arroyo, natural de la aldea de la Ribera Baja, perteneciente al termino de Puente Genil, es el fundador de esta Colección Etnográfica.
Su vida está vinculada siempre a la Ribera de Puente Genil, donde en contacto con la huerta, el campo y las labores agrícolas le han servido para despertar su pasión por mantener en el tiempo las costumbres y tradiciones de su pueblo.
Dedicación constante. Llevo más de 40 años recopilando antigüedades...
Interés lucrativo. Aunque como yo digo siempre es "Coser de balde y poner el hilo"...
Las casas han tenido siempre en su interior multitud de objetos con los que se ha intentado siempre hacernos la vida más fácil, siendo innumerables la cantidad de cosas que se pueden alojar en ella, la muestra representa con detalle un amplio conjunto doméstico.
Incluso la representación de una cocina antigua de las que existieron durante los siglos XIX y XX, en las que se cocinaba con horno de leña. Además de la reproducción de un pequeño (por razones de espacio) patio andaluz de inicios de siglo XX.
Numerosas curiosidades que no le dejaran indiferente.
La campiña se ha encontrado siempre colonizada por los clásicos cortijos, que se encontraban distanciados por grandes extensiones de terreno.
En Puente Genil han existido siempre numerosos cortijos, como son las Mestas, Molino Viejo, los dos Molares altos y bajo, etc., incluso existen algunos en buen estado de conservación como por ejemplo el cortijo de las Yegüerizas.
Estas construcciones se dedicaban generalmente al cultivo del cereal, contando con un dilatado número de utensilios y herramientas relacionadas con su labor diaria.
Estas parcelas de terreno que existen hoy en Puente Genil, datan desde el Siglo XVI, y fueron importantes vergeles en la vida de nuestros antepasados, tomando el lugar de la despensa de la sociedad produciendo en ellas frutas y verduras para la población, supieron aprovechar el agua del río Genil para sus cultivos, llegando a construir hasta veinte norias de tradición árabe con las que se regaban dichas huertas.
Otro cultivo por el que se conoce Puente Genil en numerosas ciudades del mundo es el del membrillo, produciendo la famosa "Carne de Membrillo de Puente-Genil".
Otra de las economías fuertes de Puente Genil, es y a sido siempre el cultivo del olivar, ya que nuestra tierra y nuestro clima junto con la labor del olivarero, proporcionan un aceite de oliva virgen extra de los de mejor calidad en el mundo entero, hoy en día se siguen exportando camiones cisterna del preciado oro líquido a Italia, para mejorar el sabor de los aceites internacionales, y existen numerosas cooperativas en nuestras ciudad.
El museo muestra numerosos utensilios y herramientas, para que desde el olivo y hasta la mesa, llegue el aceite y la aceituna lista para su consumo.
Por último y no menos importante se encuentra la industria del vino que se viene realizando por esta zona desde el Siglo IV, como demuestra los restos arqueológicos de la Villa Romana Fuente Álamo.
En Puente Genil han existido desde siempre importante bodegas y cooperativas, dedicadas a la elaboración de estos caldos, pudiendo ver en esta muestra desde los utensilios de labranza para los viñedos, hasta una colección de antiguas botellas de vino y material publicitario de la época, correspondientes a bodegas ya desaparecidas en la ciudad.