Las
Tradiciones

Grupo de hermanos de las Virtudes Cardinales, invitados a la boda de Manolo González bordas y Carmen Estepa Franco, 25 noviembre 1954

Imágenes de una corporación (VI parte)

Un año más como manda la tradición manantera, nos embarcamos en un nuevo viaje a través de la cuaresma para llegar a nuestro destino, que no es otro que nuestra fiesta mayor. La Semana Santa, un periplo lleno de ilusiones, de mucho trabajo y dedicación durante todo el año, para vivir de nuevo numerosos y entrañables momentos en compañía de nuestros hermanos, amigos y familiares.

Todos estos acontecimientos que se encuentran enmarcados culturalmente, por un conjunto de situaciones que se vuelven a repetir un año más y lo vienen haciendo desde hace siglos, con la misma fuerza de siempre, los guardamos en una caja bajo un solo nombre, “Tradición”.

Es el concepto de una sola palabra que encierra multitud de conocimientos, costumbres, rituales y experiencias, que con avidez esperamos que se pongan en marcha una vez más.

Existe multitud de ejemplo de nuestras tradiciones: Quien no ha sentido la añoranza de volver a reunirse con sus hermanos, para entablar conversación y salir todos juntos caminando por las gélidas noches cuaresmales, al abrigo del generoso calor de nuestros caldos y subir hasta Jesús Nazareno, para escuchar las vibrantes notas musicales de los romanos.

Tradicionalmente nos reunimos alrededor de una mesa de nuestra casa cuartel, donde entonamos o escuchamos cánticos y alguna que otra poesía, entonces es cuando nos sentimos satisfechos, pero no solo por los aromas y sabores de los ricos manjares que se van sirviendo, sino porque es el momento de compartir la exaltación de nuestros sentimientos con nuestros hermanos. Es entonces cuando nos sentimos dentro del cuartel, como si formáramos parte de él, esa sensación tan grata y a la vez tan difícil de explicar, que de buena gana nos quedaríamos en la casa cuartel para siempre, durante toda nuestra vida.

Y volveremos a vivir encierros que no se olvidan, adentrándonos en la madrugada, donde el bullicio se concentrará en torno de una pequeña plaza, aguardando en silencio sepulcral el comienzo de los cánticos que entonaran los hermanos y el público allí condensado, en torno a Ntra. Sra. de la Amargura y en la fría madrugada de un Miércoles Santo, sentiremos la calidez del momento cuando las lágrimas afloren con la luz, en este lugar del Exconvento de Ntra. Sra. de la Asunción.

Son muchos los lugares que se encuentran enmarcados por la tradición, sitios en donde el tiempo fluye con templanza, como las aguas mansas de un arroyo, avanzando y consumiéndose a lo largo de su cauce, como la vida misma. Uno de los preferidos para los pontanenses sin lugar a dudas es la plaza del Calvario, coronada con la Parroquia de Ntro. Padre Jesús Nazareno y donde todos los Viernes Santo, miles de personas esperan a alba, con la primera luz del día y antes de que salga el sol, la deseada Diana, interpretada por el Imperio Romano y dedicada a nuestro Patrón, Jesús Nazareno.

La tradición manantera se encuentra en todos los rincones de Puente-Genil, en la casa, la familia, el cuartel, la hermandad, la calle, etc., cultivada largamente a lo largo de los tiempos, ha enraizado en nuestra cultura y en nuestras costumbres. De este mismo modo y fiel a la tradición, Amalthea vuelve a imprimirse en cuaresma, para deleite de todos sus queridos lectores. En esta ocasión con su undécima edición retorna como siempre, con sorprendentes contenidos y entre ellos la habitual sección de imágenes de una Corporación, vuelve este año presentando dos históricas fotografías de los años cincuenta y cuarenta respectivamente.

La primera imagen refleja un momento social, concretamente un banquete en el que se festejaba la boda de un hermano de la Corporación, donde se cumplía otra “tradición”. En las Virtudes es costumbre invitar a todos los hermanos al enlace matrimonial y compartir mesa todos juntos.

La fotografía se realizó el 25 de noviembre de 1954, que fue cuando contrae matrimonio Manolo González Bordas con Carmen Estepa Franco, hija de Lorenzo Estepa Aguilar y Mercedes Franco Caracuel, celebrando el banquete en la misma fábrica familiar de San Lorenzo, dedicada a la elaboración de carne membrillo y ubicada por entonces en Miragenil.

De izquierda a derecha aparecen, Francisco Illanes Calzado, secretario de la Corporación y del que hablaré más adelante, ya que también aparece en la siguiente fotografía. Saltándonos a la señora nos encontramos a Manolo Cabello, que al parecer estuvo solo un año en el grupo, sus sobrinos son los hermanos Cabello, los actuales y conocidos dentistas de Puente-Genil, el tercero es José Illanes Gil, de profesión ferroviario en la población de Cabra y le encantaba vestirse de Sibila, su hijo trabaja con los pintores Coarpi-Genil, le sigue Manuel Montilla Aguilar que siempre prefería Fortaleza o Templanza, el quinto es Antonio Fernández que tenía una clásica tienda de ultramarinos en la esquina del Romeral, donde hoy está el BBVA, también aparece en la siguiente fotografía. Le sigue Paco Guerra otro Sibilero de altura, vivía en la calle Fernán Pérez y es el abuelo del actual Alberto España propietario de Sumyrec, el séptimo y con gafas está sin identificar, continuamos con Miguel Campos, Domingo Castilla Montilla con predilección a Justicia, fue panadero y era cuñado del anteriormente mencionado Manuel Montilla, seguimos con Manuel Martín, que siempre quería Prudencia y fue Maestro en el Molino de la Calle San Sebastián, justo al lado del antiguo matadero municipal, luego nos encontramos a Francisco Castillo Benítez que fue el oficial mayor de la depositaría en la casa Consistorial y siempre quería la figura Justicia, por último nos encontramos a Lorenzo Estepa Aguilar él padre de la novia y hermano de la Corporación al que también le gustaba vestir Justicia.

Luego el niño de la derecha, es Manolo Montilla Castilla el que miraba para su padre, que es Manuel Montilla, que creció y fue hermano desde la década de los sesenta hasta los ochenta, también le encantaba vestir a Sibila de Cumas y a su lado una pequeña chavala que no he podido identificar.

Hermanos de la Virtudes Cardinales reunidos en un patio Andaluz, junto a una garrafilla.

La segunda fotografía y bajo el título “Garrafilla”, corresponde a un momento de fraternidad de la corporación, ejecutada a mediados de los años cuarenta por la edad de los hermanos que aparecen en ella. Está realizada en un típico patio andaluz, con su pilar al fondo y macetas alrededor, en ella encontramos a los siguientes personajes:

De Pie y de izquierda a derecha, Francisco Illanes Calzado, Manuel Martín, Rafael Montilla Pérez, el cuarto es desconocido, le sigue José Illanes Gil, el sexto desconocido y José Franco. El primero de los que están sentados también es desconocido, le sigue Lorenzo Estepa Aguilar, Pago Guerra, Luis Álvarez Oyonarte, Antonio Fernández y el sexto aún se desconoce. Acachados y en primer plano, Francisco Bascón Cosano apodado “Machaco”, José Silva Martín que residía en Valencia y volvía siempre a Puente-Genil por Semana Santa, hasta que sus diabetes no se lo permitieron más, y por último Domingo Castilla Montilla.

Como adelanté y para no extenderme demasiado, hablaré del primer hermano, Francisco Illanes Calzado. Fue secretario durante muchos años en la Corporación, profesionalmente trabajo en la fábrica de carne membrillo El Progreso y le gustaba escribir artículos en prensa, uno de los que he podido leer de su pluma, se encuentra en la revista Industria y Comercio de 1942, donde describe apasionadamente a las figuras Fortaleza, Templanza y Sibila de Cumas. Además este señor es el tío abuelo de un conocido personaje en la actualidad y querido por todos los pontanenses, el cual heredo el gusto por la escritura y el conocimiento de las tradiciones, me refiero al presente Cronista Oficial de la Villa, un saludo para mi amigo Don Antonio Illanes Velasco.