Promoción de una de las actividades lúdico deportivas que se ofrecia en la feria de Puente-Genil, patrocinada por dos importantes empresas que ofrecian sus productos y servicios en la localidad.
El reencuentro con nuestra Feria Real
La Feria Real de Puente-Genil es una fiesta centenaria y cumple este año 177 ediciones, ha gozado sin duda a lo largo de sus años momentos de esplendor y decadencia, como es lógico en una vida tan dilatada. Si miramos atrás a principios del siglo XIX el mayor interés que despertaba nuestra Feria, al igual que las del resto de España, se resumía en la ganadería, y en poder adquirir las novedades de aquellos productos difíciles de conseguir el resto del año, ya que el origen de los mismos quedaba muy lejos, incluso en otros continentes y el transporte era lento y penoso.
Nuestra localidad, antes el Pontón de Don Gonzalo y ahora Puente-Genil, ha sido siempre el paso obligado por una confluencia de caminos. Situada en el centro de Andalucía hemos sabido aprovechar constantemente su situación geográfica, asegurando el paso de vendedores y transeúntes por nuestra localidad. Situación que sin duda ha beneficiado a nuestra fiesta Real.
La Feria entonces era el reencuentro de la oportunidad, de los negocios de ganado, el reencuentro de satisfacer la curiosidad de adquirir o simplemente de ver novedades nuevas, la posibilidad de reencontrarnos con tiendas de juguetes y con espectáculos novedosos que se celebraban en los salones del Ayuntamiento, incluso el reencuentro con antiguos vendedores que volvían a visitarnos un año más. Sin embargo llegó el año 1865 y con el ocurrió algo muy importante en Puente-Genil. Se estableció el ferrocarril y se nos abrieron las puertas de la comunicación con el resto de España. El transporte se revolucionó y todo viajaba muy rápido en el nuevo medio de locomoción, el ganado, las mercancías, los alimentos, artistas, etc., por este motivo nuestros tatarabuelos pensaban que las ferias acabarían desapareciendo, porque ya no tendrían el interés de entonces, pero el tiempo demostró lo contrario y la fiesta evolucionó al ocio y a los actos lúdicos y festivos.
Imagen de los participantes en la carrera de piraguismo sobre el río Genil.
Si nos fijamos en la fotografía, los campeones de esta jornada fueron dos chichas y un chico, los que sostienen los trofeos.
Desde siempre la Feria Real de Puente-Genil ha destacado por sus actividades lúdicas y deportivas, dichos eventos se han realizado constantemente en paralelo con nuestra fiesta Real.
Ya en el año 1911 tenía lugar sobre las seis de la tarde y al lado izquierdo de la isla del obispo, daba comienzo el tradicional concurso de la cucaña, el cual se encontraba amenizado con la banda municipal de música. Consistía en trepar a un palo untado de grasa o jabón, si se colocaba verticalmente en el suelo, o andar por el mismo si se colocaba horizontalmente sobre el río Genil, para coger el banderín que estaba en su extremo. Se concedían diferentes premios en metálico. (Participaban niños menores de 16 años, y se premiaría con 5 pesetas a todo el que consiguiera una bandera)
También en el río Genil y a la misma hora de la tarde daba comienzo en el segundo día de Feria el habitual concurso de natación, el cual de igual forma contaba con sus correspondientes premios en metálico.
Más tarde llegaron las competiciones de piraguas, patrocinadas por importantes empresas tanto locales, como nacionales, y donde los jóvenes se alzaban con los trofeos en la famosa y añorada Playa Torremembrillo.
También se realizaban conciertos musicales que tenían lugar en el Paseo Real, e incluso en el Teatro Circo se representaba la zarzuela, con magníficas compañías.
Actualmente la Feria Real de Puente-Genil sigue siendo el reencuentro con familiares y amigos que regresan estos días estivales a nuestra tierra, el reencuentro del disfrute y diversión de nuestros hijos en los “cacharritos”, volvemos a reencontrarnos con nuestro papelón de chacinas y vino de la tierra en el popular día de los Cantaores, el cual fue declarado de Interés Turístico de Andalucía y este año presenta el XLV festival cante grande Fosforito.
También está el reencuentro con el deporte y con la naturaleza, anualmente vuelve el Torneo de Natación y se sigue descendiendo el río Genil en piragua, en esta ocasión comenzando desde el puente de Miragenil hasta llegar al Salto Baena, recorriendo la ribera baja y encontrándonos con galerías arboladas, que cubre en algunos casos totalmente nuestro río, siendo la sombra la nota dominante mientras navegamos.
Y no podemos olvidar el reencuentro lúdico, con la estrategia y afán de superación, el Torneo de Ajedrez presenta este año su XXIV edición, celebrándose el día quince en la Biblioteca Municipal Ricardo Molina, además podremos volver a reunirnos en una cálida noche de agosto en nuestro cine de verano, para luego a su término visitar la feria.
El secreto de nuestra Feria Real, radica en que es participativa y está abierta a todos los públicos, a niños y a mayores, a lugareños y forasteros y por último con la “R” de Real, de Reencuentro y del Recuerdo, solo me queda desearos buen provecho para ese broche final, de churros con chocolate.